En esta ocasión teníamos boda en el pirineo Aragones, concretamente en Panticosa. Unos días antes de la boda de Belén y Pablo, la previsión de lluvia decía que no tendríamos demasiado sol. Seguramente llovería.  Llegó el día, y el Balneario de Panticosa amaneció con un sol intenso, que nos acompaño durante la ceremonia en el pirineo, el aperitivo y la comida. Pero en el momento de salir para el baile, en cuestión de 10 minutos, el cielo se oscureció. Una boda en el pirineo, siempre nos brinda un entorno único, pero el clima pueda cambiar en un instante. Empezó la tormenta, pero eso no impidió a la pareja terminar su baile en el exterior como la habían soñado. Todos los invitados se dejaron contagiar de su energía y acompañaron a los novios bajo la lluvia para disfrutar de un baile único. Justo al terminar el baile, la lluvia paró y terminamos con una sesión de fotos de la pareja en el lago de Panticosa.