Siempre que fotografías la boda de una pareja que ya conoces, tienes un plus de confianza, pero tienes más problemas para pasar desapercibido. Cuando es familia, todo esto se multiplica. María José y Pedro (mis primos) querían una boda al aire libre y rodeados de naturaleza, por este motivo el lugar elegido fue Ligüerre de Cinca, en la provincia de Huesca. Ellos querían una boda sin muchos protocolos y en un ambiente familiar, y así lo hicieron. Además del fotógrafo, la peluquera, la maestra de ceremonias e incluso los músicos que amenizaron la ceremonia, éramos amigos y parientes de la pareja. Tras la ceremonia nos fuimos para que tuvieran un momento de tranquilidad los dos solos y aprovechamos para hacerles una cuantas fotos durante unos minutos antes de comenzar el aperitivo. El día se fue animando, y la noche también. Un estupendo fin de semana entre familia y amigos para recordar. Una boda en Ligüerre de Cinca, es un acierto seguro.